La industria textil y de la moda ha sufrido un importante shock en la pandemia del Coronavirus. Existe un shock global que ha afectado a grandes y pequeños, sin previo aviso; tanto desde el lado de la demanda como de la oferta.
Por el lado de la oferta, la industria ha sufrido cancelaciones de órdenes millonarias. En los dos primeros meses de la pandemia el Perú ha dejado de exportar hasta la fecha, entre US$ 100 millones y US$ 200 millones, según estimaciones del Gremio de Indumentaria de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Por otro lado, la demanda se paralizó y desconocemos cómo van a cambiar los patrones de consumo y las exigencias sobre las tiendas y espacios comerciales. Aunque seguimos enfrentando desafíos sin precedentes, día a día intuimos nuevas imágenes de lo que será la nueva realidad, y, con ellas, también podemos empezar a reorganizar prioridades.
Veamos cuáles deben ser tus prioridades en estos próximos meses.
1. La seguridad primero
No hay ninguna duda que cualquier empresa que busque retomar lo antes posible sus operaciones, debe incorporar protocolos sanitarios a su producción. Para poder iniciar las operaciones se están implementando protocolos estrictos y aprobados a nivel nacional que permiten a las fábricas operar y ofrecer alternativas de trabajo a los operarios.
Entre otras medidas, estos protocolos incluyen la verificación de la temperatura de todos los que ingresan a la fábrica, además de realizar una limpieza adicional y requerir distanciamiento dentro de la planta. Es importante destacar que estas nuevas medidas pueden contribuir, si la fiscalización es adecuada, a regularizar a buena parte del sector textil informal que aún opera en muchos países de la región.
Estas cifras no son pequeñas. Se estima que en el Perú el 70% de la industria es informal y el 60% en México. Por su lado, se estima que en Colombia el 75% de los empleos que genera la industria son trabajos informales. No olvides preocuparte por la salud de tus trabajadores. Es tu salud y la de la empresa.
2. La oportunidad del «nearshoring»
El Coronavirus ha puesto las complejas y caóticas cadenas de valor de la industria de la moda. Ahora más que nunca, marcas, retailers y productores deberán redefinir la forma, composición y gestión de su cadena de valor. Seguirá siendo extremadamente relevante que gestiones bien el riesgo de los proveedores que ahora incorporará de manera inevitable las cuestiones de salud y seguridad en el trabajo.
Entonces, se intuye que volveremos al nearshoring. Es decir, si la prioridad hasta ahora era la de conseguir el mejor precio a toda costa, independientemente de las distancias, la necesidad de ejercer más control y tener más seguridad de lo que ocurre en la cadena de valor, hará que las marcas busquen proveedores de mayor proximidad.
Hasta ahora la cancelación del El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ha supuesto un fuerte golpe para la industria mexicana, pero se espera que el Acuerdo United States-Mexico-Canada (USMCA) aumente las exportaciones del país entre un 5% y un 10%. Ahora es el momento de trabajar para que la mentalidad de reducción de precio y costo se transforme para incorporar los temas de salud y transparencia de una manera amplia que abarque no solo las plantas y sus trabajadores sino también los ecosistemas y comunidades de su ámbito de influencia.
3. Inversión para la innovación
La clave para conseguir que la inversión privada no caiga es la estabilidad. Pero más allá de la estabilidad comercial que pueden ofrecer los tratados y acuerdos comerciales, la inversión privada se está preparando para realizar inversiones en sostenibilidad.
La pandemia ha sido un momento importante para que los productores de toda la región centraran sus inversiones en sostenibilidad, así como en las inversiones en calidad del trabajo para sus empleados.
Acciones como la formación y capacitación en sostenibilidad, la instalación de plantas de tratamiento de agua, estrategias de recirculación de insumos y nuevas alternativas para el teñido, asegurando que se retiran los materiales peligrosos de la producción, siguiendo los lineamientos de nuevas y flamantes listas de restricción y sustitución de químicos.
La nueva normalidad, sea como sea, va a ser mucho más estricta en temas de salud, seguridad y respeto al ambiente de lo que era nuestro pasado antes de esta pandemia.
4. Contar con un sistema integral
Implementar un sistema ERP puede ser una gran herramienta para esta época de comienzo, que integre los datos y lleve el control de toda la organización, permite tener seguridad, visibilidad y organización de todo lo que sucede en la empresa al momento deseado.
Entonces, ¿Cuáles son tus siguientes pasos?
Implementa todos los protocolos de seguridad y salud que te permitan reiniciar las actividades e integra las cuestiones de salud y cuidado de tus trabajadores en el ADN de tu empresa.
Reordena tu cadena de aprovisionamiento y, si eres parte de ella, adapta tu rol, tus potencialidades y capacidades. Utiliza la confianza para fidelizar a tus clientes y atraer a nuevos.
Si nos toca empezar de nuevo, aprovechemos para hacer un reset y deshacernos de las malas prácticas que estaban tan enquistadas en nuestro sector. Abre la puerta a la filosofía de la sostenibilidad e innova a prueba de pandemias.