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10 julio, 2020

El Consumidor 2.0 en la Industria Textil

Saber la historia detrás de un producto, asegurar que el proceso de producción sea sostenible, que las personas  involucradas en la cadena productiva reciban un pago justo por su trabajo, nuevos materiales y un buen diseño; son algunas de las exigencias que tienen los nuevos consumidores frente a una industria que ha sufrido importantes golpes en la última década.

 

Se trata de una generación de consumidores más despiertos y conscientes del poder que tienen para transformar el mercado, menos fieles a las marcas y menos dados a invertir en prendas desechables. Consumidores más interesados en comprar productos que ofrezcan un valor agregado más allá de un precio bajo y preocupados por el bienestar de todos los involucrados en el proceso productivo.

Este cambio en el comportamiento de los consumidores ha obligado a los gigantes de la industria a transformarse o desaparecer. Según Ester Xicota, consultora en innovación sostenible que participó en la última versión de Colombiatex, “los consumidores saben que pueden tomar decisiones que afectan el comportamiento del mercado. En una encuesta, el 66% de los encuestados dice estar dispuesto a pagar más por tener la tranquilidad de que su ropa esté producida de manera responsable con el medio ambiente y con los trabajadores que la confeccionan”.

Esto se traduce en nuevas oportunidades para las empresas que han decidido abrir los ojos a la realidad del mercado y han tomado ventaja de los avances tecnológicos que les permite, por ejemplo, utilizar el diseño digital para ahorrar tiempo y costos en muestras, la impresión 3D que vuelve ágil el proceso de patronaje, la Inteligencia Artificial que puede evitar gasto de recursos en llevar un inventario y el Big Data que puede hacer análisis predictivos de los comportamientos, gustos y preferencias de los consumidores.

 

Estas nuevas circunstancias han sido aprovechadas por compañías como Amazon, quienes han implementado tecnologías de Machine Learning para saber qué quieren comprar sus clientes y por medio de una subscripción a un servicio llamado Prime Wardrobe, envían mensualmente una caja con tres prendas de vestir basados en los gustos de cada persona y el consumidor solo paga por aquellas que quiera conservar. O Adidas, quienes anunciaron la apertura de una Speed Factory en donde fabrican los productos según la demanda del cliente, evitando los inventarios y acortando la cadena de producción a su máxima expresión.

 

Con este nuevo panorama, las industrias locales tienen la necesidad de actualizarse en temas tecnológicos y crear procesos más responsables social y medioambientalmente, ya que esta industria, no solo es la segunda más grande del mundo después del petróleo, sino que también es la más influyente socialmente. “La industria de la moda no puede salvar el mundo, pero sí puede hacer mucho por mejorar la calidad de vida de sus habitantes y asegurar un mejor planeta para las próximas generaciones”, asegura Gribbin.

 

 

 

Industria Textil
About Karen Varela

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